miércoles, 24 de septiembre de 2014

Investigaciones: ¿Cómo se originó el origen de la Luna?

Actualmente hay varias hipótesis acerca de su origen:

Hipótesis de la fisión: supone que originariamente la Tierra y la Luna eran un sólo cuerpo y que parte de la masa de la Tierra fue expulsada, debido a la inestabilidad causada por la fuerte aceleración rotatoria que en aquel momento experimentaba nuestro planeta. La parte desprendida se "quedó" con parte del momento angular del sistema inicial y, por tanto, siguió en rotación, sincronizándose con su periodo de traslación.
Sin embargo, los detractores de esta hipótesis opinan que para poder separarse una porción tan importante de nuestro planeta, éste debería haber tenido una velocidad de rotación (un periodo) de 3h. Esta velocidad parece imposible porque al girar demasiado rápido la Tierra no se hubiese formado al presentar un exceso de momento angular.

Hipótesis de la captura: la Luna era un astro independiente, formado en un momento distinto al nuestro y en un lugar alejado.
La Luna inicialmente tenía una órbita elíptica con un afelio (punto más alejado del Sol) situado a la distancia que le separa ahora del Sol, y con un perihelio (punto más cercano al Sol) cerca del planeta Mercurio. Esta órbita habría sido modificada por los efectos gravitacionales de los planetas gigantes, que alteraron todo el sistema planetario expulsando de sus órbitas a diversos cuerpos, entre ellos, nuestro satélite. La Luna viajó durante mucho tiempo por el espacio hasta aproximarse a la Tierra y fue capturado por la fuerza gravitatoria terrestre.

Sin embargo, es difícil explicar cómo sucedió la importante desaceleración de la Luna, necesaria para que ésta no escapara del campo gravitatorio terrestre.

Hipótesis de la acreción binaria: supone la formación al mismo tiempo tanto de la Tierra como de la Luna, a partir del mismo material y en la misma zona del Sistema solar. A favor de esta teoría se encuentra la datación radioactiva de las rocas lunares traídas a nuestro planeta por las diversas misiones espaciales, las cuales fechan entre 4.500 y 4.600 millones de años la edad lunar, aproximadamente la edad de la Tierra.
Sin embargo, si los dos se crearon en el mismo lugar y con la misma materia: ¿cómo es posible que ambos posean una composición química y una densidad tan diferentes? En la Luna abunda el titanio y los materiales exóticos (olivino, espinela…), elementos no tan abundantes en nuestro planeta.

Hipótesis del impacto: es la preferida en la actualidad. Afirma que la Luna se formó tras la colisión contra la Tierra de un cuerpo de aproximadamente un séptimo del tamaño de nuestro planeta. El impacto hizo que bloques gigantescos de materia saltaran al espacio para posteriormente y, mediante un proceso de acreción (agregación de materia a un cuerpo) similar al que formó los planetas rocosos próximos al Sol, generar la Luna.
Esta teoría también explica la gran inclinación axial del eje de rotación terrestre que habría sido provocada por el impacto.
Tras su formación, la Luna experimentó un periodo cataclísmico en el que sufrió violentos impactos de grandes asteroides. Este período, conocido como bombardeo intenso tardío, formó la mayor parte de los cráteres observados en la Luna. Posteriormente se produjo una época de vulcanismo consistente en la emisión de grandes cantidades de lava, que llenaron las mayores cuencas de impacto formando los mares lunares y que acabó hace 3.000 millones de años.
Lo más dudoso de esta teoría es que tendrían que haberse dado demasiadas coincidencias juntas. La probabilidad de impactar con un astro errante, que la colisión no desintegrase totalmente el planeta y que los fragmentos fuesen lo suficientemente grandes como para poder generar un satélite.


Hipótesis de precipitación: últimamente ha aparecido otra explicación según la cual, la energía liberada durante la formación de nuestro planeta calentó parte del material, formando una atmósfera caliente y densa, sobre todo compuesta por vapores de metal y óxidos. Estos se fueron extendiendo alrededor del planeta y, al enfriarse, precipitaron los granos de polvo que, una vez condensados, dieron origen a la Luna.

Laura R.

Fuentes

Imágenes obtenidas de:



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