La mayor parte de las veces que oímos hablar del principio de conservación de la energía (aquello de que la energía ni se crea ni se destruye) nos viene a la cabeza la idea de escasez, y casi todos hemos fantaseado alguna vez con la posibilidad de violar dicho principio y conseguir energía gratuita e ilimitada. Pero el principio de conservación de la energía no solamente nos dice que no podemos crear energía de la nada, sino que tampoco podemos hacerla desaparecer.
La mayor parte de las veces que oímos hablar del principio de conservación de la energía (aquello de que la energía ni se crea ni se destruye) nos viene a la cabeza la idea de escasez, y casi todos hemos fantaseado alguna vez con la posibilidad de violar dicho principio y conseguir energía gratuita e ilimitada. Pero el principio de conservación de la energía no solamente nos dice que no podemos crear energía de la nada, sino que tampoco podemos hacerla desaparecer.
Si se cae, su energía potencial empezará a convertirse en energía cinética:
De manera que para cuando llegue al suelo su cuerpo almacenará una gran cantidad de energía cinética, puesto que apenas nada se ha disipado. Toda la disipación, es decir, la“descarga” de energía del cuerpo de nuestro infortunado protagonista, se llevará a cabo en unas milésimas de segundo.
Si en lugar de caer, utilizamos los escalones para bajar, la disipación se va haciendo lentamente con cada escalón que bajamos. Al fin y al cabo, cada escalón bajado constituye una pequeña caída, y paso a paso nos vamos “descargando” de esa peligrosa energía mecánica que almacenamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario